Los delfines oceánicos son una familia de cetáceos odontocetos bastante heterogénea, que alberga unas 34 especies.
Miden entre 2 y 9 metros de largo, con el cuerpo fusiforme y la cabeza grande, el hocico alargado y un solo espiráculo en la parte superior de la cabeza (orificio respiratorio que muchos animales marinos tienen como contacto del aire o agua con su sistema respiratorio interno). Son carnívoros estrictos.
Están considerados entre las especies más inteligentes que habitan el planeta. Se encuentran relativamente cerca de las costas y a menudo interactúan con el ser humano.
Como otros cetáceos, los delfines utilizan los sonidos, la danza y el salto para comunicarse, orientarse y alcanzar sus presas; además utilizan la ecolocalización. Hoy en día, las principales amenazas a las que están expuestos son de naturaleza antrópica.
Conducta social
Los delfines pueden establecer fuertes lazos sociales, donde incluso algunos individuos heridos o enfermos son cuidados por otros, incluso ayudando a respirar al llevarlos a la superficie si fuese necesario.Los delfines muestran desarrollo de cultura, algo que por mucho tiempo se creyó que era único del ser humano. En mayo de 2005, se descubrieron en Australia delfines del Indo-Pacífico que enseñaban a sus crías a usar las herramientas, cubriendo sus hocicos con esponjas para protegerlos mientras se alimentan. Este conocimiento es traspasado por las madres a sus hijas, a diferencia de los primates, donde el conocimiento es generalmente transmitido a ambos sexos.
Los delfines también pueden participar en actos de agresión hacia otros delfines. Un delfín macho adulto es muy probable que presente en su cuerpo varias cicatrices producto de mordeduras. Los delfines machos participan en esos actos de agresión, al parecer, por las mismas razones que los seres humanos: los conflictos entre compañeros y la competencia de las hembras.
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